17 de marzo de 2012

Capítulo 8. "Sí, eso te lo tomas tú muy en serio"


(Contado por María)
Una semana desde que se fueron, que rápido pasaba el tiempo. No sé por qué. Había estado yendo al instituto con normalidad, todo transcurría normal. Como si nada hubiera pasado. Harry y yo, ¿Se acordaría de mí? Hace ya dos días que no hablo con él… A lo mejor se ha ido con otra mejor. No sé. Estoy confusa, estoy mal. ¿Para que me estoy montando todo este lío en la cabeza yo sola? A lo mejor simplemente es que está muy ocupado, ahora, dentro de unos meses van a hacer una gira, quien sabe.
Estaba en mi cuarto, sentada en la cama, pensando sobre todo eso. Mi madre venía a las dos. Dice que me tiene que decir algo muy importante, ¿Será malo o bueno? Me dijo que tenía que recoger mis cuartos antes de que viniese, si no, mala pata. Me pasé dos horas ordenando los cuartos, diez minutos después bajé a la cocina con mi móvil en la mano, con el Twitter encendido, a beber agua. Un tweet de Niall. “Te echamos de menos, pero él más” ¿indirecta directa? Reí por lo bajo y cogí el baso de agua que había dejado unos segundos antes encima de la encimera para responderle a Niall con un “Yo a vosotros también, pero a él más”, siguiéndole el juego. Probablemente era Harry quien hubiera escrito ese tweet o hubiese tenido la idea, como siempre, para no levantar sospechas. Salí de la cocina con el baso de agua y el móvil y me senté en el pequeño sofá del salón de mi casa donde, hace días, se había sentado el famosísimo cantante; Harry Styles. Pero para mi no era eso. Era más que nada, era mi vida, mi todo. Aunque parezca exagerado.
Estuve como quince minutos o así sentada en el sofá con el teléfono, hasta que llegó mi madre de su trabajo, eran las dos y cuarto, bueno, se había retrasado un poco. Ahora era la hora de comer. Había traído comida del restaurante chino que habían abierto nuevo en la cuidad donde ella trabaja. Tiene buena pinta. Me senté con ella en la mesa y empecé a comer. Entre plato y plato íbamos hablando, no decíamos gran cosa. Hasta que me acordé de que me tenía que decir una cosa importante.
-Mamá, ¿Qué me tenías que decir? –Dije metiéndome una cucharada de arroz a la boca.
-¿Has recogido tus cuartos? –Me respondió sin hacer caso a mi pregunta.
-Si, pero dime que es, ¿Es un regalo? –Dije nerviosa- Venga, dime ya. –Ella rió.
-Es algo que te va a encantar, siempre lo has querido.
-¿Un gatito? ¡Venga, no me digas! –Dije feliz.
-No, algo mejor.
-¿Dos gatitos? –Dije riéndome.
-¡María! –Contestó riéndose- No es nada de gatitos.
-Pues un perro.
-¡Tampoco! A ver, era que, ¿Desde hace tiempo no querías mudarte? Pues he conseguido un trabajo en otra cuidad.
-¿De España? –Dije confusa.
-¡No! ¡Nos vamos a Richmond! ¡Donde tú querías!
Me levanté de la silla y empecé a gritar de la alegría. Para ser sinceros me puse hasta a llorar. La abracé fuertemente unos segundos y después empecé a saltar de nuevo. No paraba de repetir las palabras de mi madre en mi mente, ¡Me mudaba! ¡Que guay! ¡Ahora viviría más cerca de ellos!. Me lo pasaría genial.
-¿Y cuándo nos vamos?
-Tú tienes un billete para mañana, te irás sola, bueno, con Lola, unos dos días a casa.
-A, ¿Pero que Lola lo sabe?
-Si. –Dijo recogiendo los platos de la mesa- María, yo tengo que encargarme de la mudanza aquí, solo es guardar unas cuantas ropas y eso, ya que esta casa también la tendremos, por si surge algún día algo.
-Vale, no hay problema. ¿Y Jorge?
-Jorge se ha ido a vivir con tu padre, María.
-¿Por qué? –Dije preocupada.
-No quería mudarse, quería quedarse aquí y como ya es mayorcito pues se ha ido, pero no pasa nada, viviremos las dos solas allí, ¡mejor! –dijo riéndose.
-¡Claro! ¡Bueno, voy a preparar las cosas! ¡Bye mom!
Subí rápidamente a la habitación de la segunda planta y empecé a guardar mi ropa en dos maletas moradas que tenía debajo de mi cama, sabía que este día llegaría. Cuando terminé eran más o menos las cuatro de la tarde, así que llamé a Lola y le dije que se viniese con sus maletas y se quedase a dormir en mi casa ya que mañana ¡Nos íbamos a mi nueva casa! ¡Solas! ¡Fiesta!, no, eso último no. Reí para mi misma por un segundo y volví a mi vida real. ¡Vaya! Tenía que llamar a Niall para avisarle. Marqué su número y hablé con él. Me dijo que él ya lo sabía desde que se lo contó Lola la misma noche que nos conocimos, cuando yo estaba en el cuarto con Harry. También me dijo que no se lo dijera a Harry, ya que le habían preparado una sorpresa a él. Niall dijo que tenía muchas ganas de verme así que le llevarían a mi nueva casa. Mi madre ya lo sabía. Le habían pedido la llave y ella se la había enviado por correo, ya lo tenían todo planeado. Louis y Liam nos recogerían en el aeropuerto ya que yo no sé llegar hasta mi casa. ¡Parece que estoy soñando! ¿Y si me pellizco? No. Mejor no. Prefiero quedarme soñando toda mi vida.
Cuando terminé de hablar con Nialler, llegó Lola. Estuvimos toda la tarde planeando las cosas para el verano ya que, según mi madre, Lola se quedaría todo el verano con nosotras en la casa. En Inglaterra, Richmond. ¿En serio? Sí.
Eran las nueve de la noche ya. Que rápido pasa el tiempo, en serio. Lola se metió en la ducha y seguidamente, después que ella, me metí yo. Al terminar cada una de ducharnos nos pusimos el pijama y, después de una pequeña charla nocturna hasta las once y media de la noche, decidimos dormirnos para poder estar mañana perfectas. Parecía aquel día antes del M&G. Me acordé de mi diario. Lo saqué de la mesilla pequeña y me puse a escribir en él.
Querido diario:
“Hoy, semanas después del ESTUPENDO M&G, me han dado la feliz noticia de que ¡Me voy a vivir a Richmond! ¿No es genial? Mañana mismo me voy de España y, lo más impresionante es que Liam y Louis me van a ir a recoger. Es increíble todo esto que me está pasando. Espero que todo siga igual.
Cuando conocí a Harry pasó una cosa un poco rara, demasiado. Ahora, no puedo vivir sin él.
Lola ya está durmiendo, ¡Como se parece a Malik, eh! Ella está enamorada de Nialler. Espero que pase algo entre ellos. No me lo quiere decir pero sé que hay algo entre los dos. O no, quien sabe. Jajaja.
Mi mejor amigo de la banda es Niall, es estupendo. Me comprende e, increíblemente, somos iguales. Nos encanta comer y las mismas cosas.
Bueno diario, me voy a dormir ya. Estoy nerviosísima. Ya te contaré más cosas interesantes que me pasen. Hasta otra”
Dejé mi pequeño diario dentro del cajón y lo cerré. Apagué la luz de la mesilla de noche y me acosté a dormir.
A la mañana siguiente, a la hora de despertar yo ya estaba despierta media hora antes, yo era así, no podía dormir, estaba nerviosa y aún más sabiendo que iba a ver de nuevo a mis ídolos. Bajé al salón con Lola, que también estaba despierta, y nos preparamos el desayuno. Después de comer algo nos subimos a vestir y a preparar todas las cosas. ¿Qué se me olvida? Oh, casi se me olvida, el diario. Lo cogí y lo guardé en un pequeño bolsillo de la maleta. Bajamos todas las cosas abajo y las metimos en el coche, ya no quedaba nada para irnos hacia el aeropuerto. Que nervios. Entramos en la casa y nos sentamos en el salón a esperar que mi madre se terminase de vestir. Media hora después, salimos de la casa, nos subimos en el coche y mi madre lo arrancó. Ya estábamos yendo para allí. Se acercaba la hora.
(Narrado por Harry)
Después de esos dos días sin hablar con ella tuve la idea de dejarle un tweet desde el Twitter de Niall. Me respondió y, por lo menos, me hizo sonreír. La echaba de menos. Esta mañana me había despertado extraño, ya no estaba malo, aunque si me dolía un poco la cabeza. Aún seguía acostado en la cama. Miré para al lado, intentando localizar a Louis, pero no estaba. A lo mejor habrá bajado a la cocina, con todos. Ya es un poco tarde.
Me levanté de la cama y salí del cuarto, miré en los demás dormitorios por si algunos de los chicos estaban allí, pero no había nadie. Bajé las escaleras de dos en dos, corriendo, y entré al salón, estaba Zayn viendo la televisión y hablando por el móvil. Me miró, le saludé con la mano y salí de allí. Entré en la cocina y vi a Niall sentado en una silla, en frente de la pequeña mesa al lado del frigorífico. Me acerqué a él, que estaba con su móvil en Twitter y comiéndose un flan de galletas y chocolate, cogí una silla de la mesa y la puse enfrente de él. Me senté, le quité la cuchara y me metí el cacho de flan en la boca. Él me miró, quitándome la cuchara.
-¿Dónde están Liam y Louis? No los he visto hoy.
-Em... Han tenido que salir a hacer un recado, no creo que tarden mucho.
-Oh, vaya. ¿Qué hay de desayunar? –Dije hambriento.
-No sé, no hay nada, prepáratelo tú, vago. –Dijo riéndose.
Le di una palmada en el hombro y me levanté de la silla, abriendo el frigorífico. Saqué un bote de mermelada de fresa y lo puse encima de la mesa. Después fui al cajón de los cubiertos y saqué un cuchillo, que también dejé encima de la mesa. Cogí una barra de pan de encima de la encimera, la partí a la mitad, la abrí en dos y la metí en la tostadora. Esperé unos minutos a que se tostara el pan y lo saqué, cogí un plato y lo puse ahí. Llevé el plato a la mesa, junto a la mermelada y el cuchillo, y me senté de nuevo al lado de Niall. Empezando a untar la tostada Niall quiso quitarme una, le di un toque con el cuchillo en su mano y la retiró. Me reí de él y seguidamente seguí comiéndome las tostadas.
-María ayer subió las fotos del M&G, ¿Las viste? –Dijo enseñándomelas en el móvil.
-Si, las vi. Miro su perfil todos los días, ¿cómo lo las voy a ver? –Dije riéndome.
-No sé, la que más me gusta de vosotros dos es esta. –Dijo señalando a una foto en la que salíamos María y yo, yo estaba rodeándole con mis brazos su pequeña cintura. Sonreí.
-Ya… -Dije seco.
-¿La echas de menos? –Dijo, lo noté raro.
-Si, a ver cuando podremos ir de nuevo. –Me callé, pensé en Lola, en lo que pasó la noche que él habló con ella- ¿Y tú? ¿Echas de menos a tu chica?
-¿A... a quién? –Dijo intentando disimular.
-A Lola, tonto.
-No es mi chica –Bajó la cabeza.
-Pero te gusta, ¿Verdad?
-Si, pero... –Le interrumpí.
-¡Lo sabía! –Reí alto- ¿Y por qué no sales con ella, rubito?
-No lo sé, ¿No es demasiado temprano?
-La conoces de hace más de dos semanas, pero si te quieres esperar un poco más tampoco pasa nada. Recuerda que eres famoso y no se pueden enterar.
-Si, eso te lo tomas tú muy en serio, sobre todo eso. –Soltó una carcajada. Yo le di un pequeño golpe con la mano en la mejilla- ¡Desde el primer día te quedaste a dormir en su casa! ¡Y la besaste! ¿En serio me vas a decir eso a mí? –Siguió riéndose. ¿Qué? ¿Lo sabía?
-¿Cómo sabes que la besé?
-Nos lo contó Zayn a todos –Dijo riéndose- ¿Te crees que te dejamos dormir en su casa por no despertarte? Queríamos que estuvieras con ella. Sabemos que te gusta.
-Vaya –Dije un poco enfadado, después me di cuenta de que en realidad daba igual y que no valía la pena enfadarse por eso- Bueno, no pasa nada.
-¿Te apetece ir a dar una vuelta por ahí? ¿Vamos a Richmond?
-Niall, eso está a veinte minutos en coche.
-Por eso, coge tu coche. Venga, vístete. –Dijo riéndose.
-¿Pero para qué vamos a ir a Richmond ahora?
-Vístete.
Se levantó de la silla, recogió mi plato y la mermelada, comiéndose el último trozo de tostada que quedaba y salió de la cocina dirigiéndose al salón. Yo me levanté de la silla y salí también de la cocina, me asomé al salón y estaban Niall y Zayn hablando y riéndose. Seguí caminando hacia las escaleras y las subí. Me fui a mi habitación, cogí unos pantalones vaqueros y una camisa nueva que me compré unos días antes. No encontraba mis calcetines así que abrí el cajón de Louis y cogí unos suyos y me los puse, después me puse los zapatos, cogí mi móvil. Fui al baño y tarde más de veinte minutos en peinarme. Oí gritar a Niall desde abajo para que bajase ya, que era tarde. Así que me di prisa y, cuando de una vez terminé, bajé las escaleras corriendo. Le hice un gesto a Niall para que supiera que nos íbamos y abrí la puerta. Saqué la llave del coche de mi bolsillo y pulsé el botón de abrir puertas. Después me monté y esperé unos minutos a Niall. Cuando por fin se había montado en el coche, arranqué y nos dirigimos hacia Richmond. No sé por qué Niall quería ir allí, si no había mucho que ver. Pero Bueno, allá vamos.
(Contado por Louis)
Llegamos allí, ya se acercaba la hora de que llegasen. Estábamos sentados en la cafetería del restaurante del aeropuerto. Pedimos un par de cafés y un croissant para mí. Una vez que nos lo tomamos y comimos todo, pagamos a la camarera y nos fuimos hacía la puerta de llegada, que era donde llegaban los pasajeros. Nos pusimos en frente para que María y Lola nos viesen justo al salir por la puerta, para que no se perdiesen ya que nunca habían estado en Inglaterra. Esperamos como diez minutos más, imaginamos que no habían puesto todavía la cinta de las maletas en marcha o llevaban poco tiempo en marcha. Salía mucha gente de la puerta, pero ellas no. No era razón para preocuparse ya que solo se podía salir por esa puerta. Aunque como tenía que cuidar de ellas mientras que la madre no estaba, pues me sentía responsable de lo que les pasara. Cinco minutos más de espera y ya las vimos a lo lejos. Lola estaba a su aire cuando María nos vio y empezó a correr, cargada con dos maletas. Yo corrí hacía ellas, al igual que Liam, que había estado al lado mío todo este tiempo. María saltó a mis brazos y me dio un gran abrazo, casi me deja sin aire, igual que a Liam. Lola tenía menos confianza, no sé por que, pero igualmente nos abrazó a los dos.
-¡Louis! ¡Liam! ¡Cuánto tiempo! ¡Os echaba de menos! –Dijo María alegre.

13 de marzo de 2012

Capitulo 7. "No estoy preparado. Aún no."




(Contado por Harry)
“Te quiero Harry, no lo olvides”
Esas fueron las últimas palabras que habían salido de la boca de María en el aeropuerto hoy mismo. Quería sentirla tan cerca pero la tenía tan lejos. Todo había quedado claro entre los dos ese día por la mañana en su casa pero, ninguno de los dos, decidió que hacer. Yo quería estar con ella, la deseaba, La quería.
-Harry, tu móvil, tienes un mensaje. –dijo Liam.
Me levanté del sillón en el que estaba acostado y cogí el móvil saliendo del gran salón en el que estábamos todos, para tener más intimidad. Era ella, por fin. Leí el mensaje, “Te echo de menos”. Me vino una gran sonrisa a la cara, la primera desde que nos separamos en el aeropuerto. Pensé en contestarle con otro mensaje pero tenía una cosa mejor pensada. La llamaría. Marqué su número de teléfono y esperé unos segundos a que cogiera su móvil.
-¿Si? –dijo seria, en español.
-Soy harry…
-¡Oh, lo siento! Hola Harry –dijo más alegre y en inglés. Se escuchó una voz por detrás de ella.
-¿Estas sola o con alguien?
-Con Lola –dijo riendo.
-Como se entere Niall me quita el móvil. Reí. Volví a escuchar la voz de Lola por detrás pero no entendía nada ya que hablaba en español.
-Dice Lola que lo traigas –rió María- aunque si no quieres nada.
-Vale, ya lo aviso –dije- ¡Niall, ven aquí, Lola al teléfono!
-¡Ya voy! –dijo corriendo hacia mí- Déjame hablar con ella un segundo y ya te dejo.
-Vale, pero rápido –dije serio- María, dile a Lola que se ponga un momento, que Niall quiere hablar con ella –dije más amable.
-Vale –dijo ella. Niall habló con Lola dos segundos y me dejó el teléfono. Después subió a su cuarto corriendo.
Retomé la conversación con María.
-Te echaba de menos –dijo ella.
-Y yo a ti, ¿Qué tal estas?
-Dentro de lo que cabe bastante bien, ¿Y Tú?
-Pues estoy con fiebre desde el aeropuerto, desde que… -se me quebró la voz- nos despedimos…
-Oh, vaya, ¿Te has tomado algo? ¿Estas mejor? ¿Necesitas ayuda?
-Ven tú a curarme –dije riendo- Seguro que haces más que estos de aquí –ella rió. Después se le escuchó hablar con Lola y volvió al teléfono- ¿Qué pasa por ahí?
-Pues que Lola ha salido corriendo con su teléfono en la mano. Dice que tenía que hablar. Seguramente sea con Niall. ¿Está él por ahí?
-No, subió a su cuarto. Estábamos todos viendo una película, pero ya solo quedan viéndola Louis, Liam y Zayn, si sigue despierto, que lo dudo –reí en voz baja. Ella también rió- Gracias por mandarme ese mensaje, necesitaba hablar contigo.
-Gracias a ti por hacerme feliz –Me dijo ella- Nunca pensé que en estos días fuera a pasar esto. Ni en estos días ni nunca –dijo soltando una carcajada.
-Yo tampoco pensé que me enamoraría de una española pero aquí estoy, y me encanta –solté riéndome.
-¿Nunca pensaste que te enamorarías de una española?
-No, por que no entiendo español. Pero tú sabes hablar muy bien inglés y te entiendo –reí- y además, eres guapa y amable, simpática y graciosa. Lo tienes todo.
-Para, que me sonrojo –rió- Aunque no me puedas ver.
-Ojalá pudiera.
(Contado por Niall)
Subí a mi cuarto corriendo y la llame, necesitaba hablar con ella. Necesitaba saber si vendrían o no. Yo todavía no se lo había dicho pero, me gustaba Lola. No sé si a ella le gusto por que lo acaba de dejar con su novio y seguramente esté mal, pero yo la quiero, quiero cuidarla, nunca le haría lo que él le hizo.
Pero no estoy preparado para decírselo. Aún no.
-Hola! –dije en español.
-Hola Niall, ¿Qué tal estás? –dijo ella.
-Muy bien, ¿tú, linda?
-¡AY! –Gritó y después rió bajo- Yo genial.
-¿Ya sabes cuando viene María?
-Pues hoy la madre me dijo que se iban la semana que viene, ya no queda nada para verano.
-¿tú vendrás? –dije preocupado.
-No lo sé…
-Por favor, ven.
-Se lo diré mañana a mi madre, seguro que me deja. –rió- Bueno, yo me tengo que ir, que es tarde.
-vale, ¡hasta mañana!
-Adiós…
-Te q… -pi,pi,pi.. Colgó.
Deje mi móvil encima de mi pequeña mesilla de noche y bajé de nuevo con los chicos al salón.
-Chicos, ¿le habéis dicho a Harry que María se muda dentro de una semana?
-No –dijeron todos a la vez.
-Pues será una sorpresa. Por que María tampoco lo sabe. –reí.
-¡Lo llevamos hasta la casa de María con una cinta puesta en los ojos y ni se entera! –Dijo Louis- Después de eso nos vamos todos por ahí. Si tenemos el día libre, claro.
-Vale –dijimos todos.
En ese momento entró Harry, más sonriente que desde que regresamos de España. Se notaba que había hablado con María, dios, que si se notaba.
Se sentó al lado de Louis en el sofá y seguimos viendo la película. Cuando acabó recogimos un poco las bolsas de las palomitas y chucherías, y los vasos de refrescos. Lo llevamos todo a la cocina y subimos cada uno a nuestro cuarto. Yo dormía solo, Zayn solo y Liam también. Los únicos que tenían cuarto compartido eran Louis y Harry, no les gustaba dormir solos.
Llegué a mi cuarto, me quité la ropa y me metí en la cama a dormir.
Dentro de nada todo será diferente.

9 de febrero de 2012

Capitulo 6. "No había risas, ni si quiera una sonrisa"


Toqué a la puerta de mi casa, tardaron un poco en abrir. Pasamos y subí las escaleras como pude. En esos momentos echaba de menos a Harry. Que, desde ayer, me había ayudado a subir y bajar las escaleras. Lola me siguió en silencio, llegamos hasta mi cuarto y dejó sus cosas encima de mi cama.
Mi cuarto era, más bien, espacioso. Tenía las paredes lilas, aunque casi no se veían por culpa de todos los posters de los chicos. Al entrar en la parte izquierda estaba mi cama, era doble. Era la antigua cama de mis padres, ellos se habían comprado otra y ya que la iban a tirar pues les dije que me la dejaran. En frente de la cama, pegado a la pared, había un escritorio de madera. Encima del escritorio tenía algunos libros, mi portátil blanco y un marco de fotos vacío. Un día lo compré por que me pareció bonito. El marco era azul y a un lado había dos muñequitos en un columpio sentados, cogidos de la mano. En el escritorio también había una lámpara para esos días que te tienes que quedar a estudiar hasta las tantas de la noche y solo necesitas una pequeña luz para que no se te cierren los ojos del todo.
En cambio, al otro lado de la habitación no había gran cosa. Tenía mi armario, no era demasiado grande, pero yo tampoco es que usara mucha ropa así que con eso me bastaba. Pero, aparte de todo eso, lo que más destacaba de mi habitación era, sin duda, la foto gigante de Harry que me habían regalado mis padres por reyes el año pasado. Era de estatura real, antes no estaba segura de si era así, por que no lo había visto en persona, pero ahora me sabía cada milímetro de su cuerpo y, por supuesto, sabía que esa medida era real.
Lola se sentó en la cama y, sin hablar, se puso a mirar todos los posters que había. Uno por uno, localizando alguno de su amado. Yo, en cambio, me dirigí hacía la foto gigantesca de Harry. Estiré mi mano y toqué la suya, la del poster.
El poster era una foto en la que Harry estaba vestido típico de un concierto o de una gala. Tenía esos rulos tan impresionantes y esa sonrisa tan increíble. Una mano la tenía metida en el bolsillo y otra, estaba como estirándola, esperando a que se la cogiese. Estaba de pie.
Ahora lo único que podía hacer era desear estar a su lado.
-Yo no sé que voy a hacer ahora –dije.
-Ni yo…
-Hoy es domingo, hemos pasado un fin de semana estupendo, pero mañana tendremos que ir a clase, a no ser que nos de un chungo o algo.
-Ya lo sé, María. Pero no podemos hacer nada..
-Son las 4 de la tarde, ¿Qué podemos hacer? –dije cambiando de tema.
-¿Vamos a dar una vuelta?
-Vale. Además tengo que imprimir unas fotos, las del Meet&Greet y demás.
-Vamos –me contestó sonriente.
Bajamos las escaleras y, como siempre, le pedí a mi madre dinero para imprimir las fotografías.
Aunque primero me preguntó que cómo me había echo lo del tobillo. Le dije que por la noche había bajado a beber agua y que me había tropezado por las escaleras, pero que no me había dolido mucho. No le mentí del todo, al fin y al cabo me había tropezado con algo ¿No? Ella me creyó.
Nos dio el dinero, cogí mi bolso. Que en este caso lo llevaría Lola ya que yo no podía. Y metí mi móvil, el dinero y el pendrive con las fotografías guardadas para poder sacarlas directamente de ahí.
Lola me abrió la puerta y salimos de la casa. Íbamos caminando lento, ya que yo iba con muletas y, por supuesto, no iba a correr. Pensamos en donde quedaría la tienda para fotocopiar las fotos. Pero no supimos donde podría estar. Así que nos acercamos a una tienda de revistas, periódicos y demás. Entramos y le preguntamos al dependiente que donde podría haber una tienda de esas. Nos dijo que a una manzana de aquí la encontraríamos. Le dimos las gracias y salimos de la tienda. Nos pasamos un poco más de cinco minutos buscando la maldita tienda. Hasta que al doblar una esquina apareció. Entramos y, gracias a dios, no había mucha gente. Había una señora y, supongo, que la chica que había a su lado sería su hija, y además un hombre más en otro lado de la tienda. Le dije a la dependienta lo que quería y seleccione las fotos para imprimir. Minutos más tarde ya las tenía en mis manos. Decidí que la de yo y Harry la podría hacer en un poco más grande. Tan solo costaba cinco euros. Al igual que la de Lola con Niall. Así que esas dos fotos las hice en grande. Llevaba veinte euros, me sobraba.
Al poco rato de estar allí me di cuenta de que la chica que iba con la mujer nos estaba mirando. Bueno, me estaba mirando a mí. La miré y le sonreí. Ella en cambio giró la cara. ¿Qué pasó? Ni que le hubiera echo nada malo. Me volvió a mirar al minuto. ¿Qué quería?
-¿Qué quieres? –dije acercándome.
-¿Yo? Un autógrafo.
-¿Qué?
-Es broma –rió- Me suenas, te vi en Twitter esta mañana. En el Twitter de Lou.
-¿eres Directioner?
-Pocas ahí por aquí –dijo ella.
-Es verdad, no he visto a muchas –contestó Lola metiéndose.
-¿Qué tal os fue ayer con los chicos? ojala hubiera tenido vuestra suerte.
-Nos fue genial –dijimos Lola y yo a la vez.
-Lo suponía –Sonrió- ¿Cómo es dormir con Harry, maría?
-¿Cómo sabes mi nombre? –Dije extrañada- Ah, Louis ha tenido que poner algo en twitter. Entiendo. –Ahora ya sabía a lo que se refería Harry- Pues no sé, es normal.
-Supongo. –Dijo la chica acabando la conversación- Bueno, me tengo que ir, encantada de conoceros. Adiós.
-Adiós –Dijimos las dos.
La chica salió de la tienda con su madre. Seguidamente salimos nosotras.
Fuimos a un parque que había cerca de mi casa, estaba solitario, pero así sería mejor. No queríamos que nos molestaran, y menos hoy. Nos estábamos ni muy felices ni muy tristes. Simplemente creo que no sentíamos nada.
No había risas.
Ni siquiera una sonrisa. Solo silencios, un tanto incómodos.
(Contado por Liam)
Hace media hora que comenzamos el vuelo. Zayn está dormido en mi hombro, creo que ya se me está durmiendo el brazo. Louis no para de despertar a Harry, se aburre mucho, pero Harry solo quiere dormir, no tiene ganas de estar despierto. Al igual que Niall. Había estado en silencio desde que nos montamos al avión, bueno, incluso antes, cuando nos despedimos de las chicas. Creo que las echaban de menos.
Me acomodé y puse mi cabeza sobre la de Zayn. Intentaba dormirme. Tardé unos pocos minutos hasta que me quedé totalmente dormido.
Noté que alguien me tocaba el brazo. Era Zayn.
-¿Qué quieres?
-¿Te importa si pasan dos amigas mías que conocí en el aeropuerto? Es que les dije que podían venir cuando quisieran. –me contestó.
-Como quieras, Zayn.
Él se levantó del asiento y se fue a recogerlas a la puerta que había desde primera y segunda clase. Al minuto o así volvió con las dos chicas.
Una era alta, de la estatura de Zayn, pelo rubio, liso, con los ojos azules. Era bastante flaca. Llevaba un pantalón pitillo marrón y una camisa blanca metida por dentro en la que ponía “Love” en color rojo y unas manoletinas marrones. En cambio, la otra chica era un poco más baja que Zayn, tenía el pelo castaño y ondulado, con un pequeño flequillo de lado que le hacía bastante guapa. Tenía los ojos marrones y, no era ni flaca ni gorda, era normal. Llevaba un pantalón negro corto que tenía estampado la bandera de UK y una camisa a juego, llevaba unas converse negras. Eran inglesas, se les notaba.
Zayn las llevó hasta donde estabamos nosotros. Louis se levantó a saludarlas, al igual que yo. Pero primero me fui hacía Niall para avisarle de que habían unas chicas, que las saludara. Él se levantó. Decidí dejar a Harry durmiendo, no le veía muy bien, prefería que se despertara por si solo.
-Hola chicas –dijeron Louis y Niall.
-¡Hola! –dijeron las dos a la vez.
-Esta es Sophie –dijo Zayn señalando a la chica de pelo castaño- Y esta Fer –dijo señalando a la chica rubia- Las conocí en el aeropuerto.
-Encantada de conoceros –dijo Sophie- siempre soñé con este día.
-Y yo –dijo Fer- somos gran fans vuestras –dijo sonriente.
-Gracias –contestamos todos.
-Oye, ¿no falta uno? –dijo Fer dándose cuenta de que Harry no estaba. Seguramente fuese su preferido.
-Está durmiendo, está un poco cansado. –contesté rápidamente.
-Es por una chica –Dijo Louis jodiendo todo. Le di un codazo.
-¿Tiene novia? –se preocupó Fer.
-No lo sabemos, todavía no –dijimos todos, sin seguridad.
-Todavía… -volvió a contestar la chica.
-Bueno –dijo Louis- ¡¿Queréis que nos saquemos fotos?!
-¡Vale! –Gritaron.
Ui, perdón Harry. –Soltó Fer de repente.
Nos empezamos a sacar fotos y demás, estuvimos como media hora o así hasta que las chicas se tuvieron que ir a sus asientos debido a que no podían estar tanto tiempo con nosotros. Ya el guardaespaldas les había advertido antes, pero Louis y yo le convencimos de que se quedaran un poco más. Nos habían caído bien y una de ella vivía cerca de nuestra casa, quizá algún día podamos quedar, cuando vengan María y Lola. Si vienen, que conociendo a Niall se gasta lo que sea para que vengan y verlas, aunque no me extraña.
Me acordé de cuando empecé a salir con Danielle, yo era igual que él, solo quería estar con ella, pero tampoco se podía por que ambos estábamos trabajando, ahora sacamos tiempo de donde podemos para vernos, estar juntos y pasa un buen rato. Pensé en llamar a Danielle nada más llegar para ver si estaba libre esta semana. La echaba de menos.
Pasamos todo el resto del viaje tranquilo. Según el piloto del avión, íbamos a aterrizar dentro de unos minutos en la pista. A mitad del viaje Harry seguía dormido y no había hablado en todo lo que llevábamos de vuelo. Era rarísimo así que Louis se levantó y le preguntó que si estaba bien. Harry le contestó que le dolía mucho la cabeza y que quería dormir. Louis le tocó la frente y lo notó caliente, entonces se fue a preguntarle a una de las azafatas que si tenían un termómetro para medirle la temperatura a Harry. Al poco rato vino con uno en la mano. “Menos mal” pensé. Louis le puso el termómetro a Harry y esperamos un minuto. Cuando pitó Louis lo cogió y miro lo que ponía.
-Vaya, tiene fiebre. –dijo.
-¿Cuánta? –contestó Harry casi sin voz.
-Treinta y ocho con cinco.
-Mierda –dije- Harry, mejor que descanses. Dentro de una semana tenemos un concierto y como no te recuperes la cagamos.
-Ya –dijo Harry-. Mejor me duermo…
-Harry mantente despierto hasta que aterricemos, ya no queda nada –le dijo Louis-. Cuando lleguemos ha casa duermes.
-Vale…
Íbamos a aterrizar, nos sentamos cada uno en nuestros asientos y nos abrochamos los cinturones. El avión empezó a descender. Zayn me cogió de la mano, ya que le daban un poco de miedo los aterrizajes. Y en tres minutos ya estábamos en tierra. Nos volvimos a desabrochar los cinturones y cogimos todo nuestro equipaje. Le pedí a uno de los guardaespaldas de la puerta que se centraran más en Harry ya que estaba malo.
Bajamos del avión por unas escaleras que salían desde los asientos de primera clase y vi que Zayn miraba a las dos chicas y les despedía con la mano. Estas estaban bajando por la otra escalera, la de segunda clase. Al poco rato tampoco las veíamos.
Entramos por una puerta y nos llevaron hacía el garaje. No teníamos que pasar a recoger las maletas por que no llevábamos maletas, solo una de mano cada uno. Ya que solo habíamos ido a pasar tres días a España y no necesitábamos demasiado.
Llegamos hacía nuestro lado del aparcamiento donde había un coche esperándonos. Metimos las pequeñas maletas en el maletero y nos subimos en él. El aeropuerto no estaba tan lejos de nuestra casa así que solo tardamos media hora en llegar. Al llegar nos bajamos del coche, sacamos las maletas y entramos. Estaba todo como desde hace tres días antes. Todo limpio, aunque dudaba que siguiera así por mucho tiempo. Habían llegado Louis y Zayn, los desordenes, aunque Harry también podría ser uno de ellos perfectamente, él lo único que hizo es subir las escaleras de la casa e irse para su habitación. Abrió la puerta y la cerró de un portazo. Me imagino que se iría a dormir. Yo y Niall entramos en la cocina mientras Zayn y Louis subían las cosas a las habitaciones. Fuimos preparando una merienda con refrescos y pizza precocinada, Niall no tenía ganas de esperar a que el de la pizzería viniese ni a hacer una él por si solo así que elegimos eso.
Mientras que se hacía la pizza nosotros subimos a cambiarnos y a ponernos cómodos ya que hoy teníamos el día libre. Cuando terminamos y sonó la alarma del horno bajamos los cuatro, sin Harry ya que estaba durmiendo, y empezamos a comernos las pizzas en la mesa de la cocina. Louis cogió un trozo pequeño de pizza y, de ese mismo trozo, cogió una pequeña loncha de jamón y se la lanzo hacia Zayn. Éste la esquivó y, como siempre, comenzó la guerra. Zayn empezó a tirarle cachos de pizza a Louis, y después se metió Niall debido a que le calló un cacho de pizza en su pelo. Niall cogió la botella de agua que había encima de la encimera y la abrió. Empezó a tirarles agua. Yo me intentaba mantener alejado, pero, al fin y al cabo, acabaría igual que ellos. Así que, ¿por qué no divertirse un poco? Le quité la botella de agua a Niall y empecé a mojarlos. Aquello era un espectáculo de verdad. Trozos de pizza por los muebles, por el suelo, por la mesa. Agua y refrescos desparramados por el suelo y por toda nuestra ropa.
Al terminar aquel estropicio que armamos lo tuvimos que empezar a recoger.
-¿Qué pasó aquí? –Dijo Harry entrando por la cocina-. Parece que ha venido un tornado…
-Pelea de comida –le contestó Zayn- te la perdiste, hermano.
-Bueno, yo venía a por agua solamente –Sonrió con muy pocas ganas- ahora me voy a dormir de nuevo, este dolor de cabeza no se me quita…
-Mejor que descanses –Dijo Louis-. Nosotros tenemos que recoger todo esto.
-Vale… -Dijo él.
Entró en la cocina y se llevó una botella del tiempo que había dentro de un armario. Nosotros seguimos recogiendo el estropicio, y cuando por fin terminamos subimos a las habitaciones. Era domingo y ya se había echo tarde. Pensábamos bañarnos y ponernos cómodos para después sentarnos todos en el salón y ver la tele un rato o ver alguna película comiendo palomitas y chucherías. Nos pusimos de acuerdo y dentro de media hora nos veríamos todos en el salón, y Harry si quería.
Cuando terminé de ducharme pasé por la habitación de Harry y le dije que se bajase abajo con nosotros a ver una película un rato hasta que le entrara sueño de nuevo. Él acepto y bajó conmigo. Una vez preparados y con todo lo necesario para ver películas, empezamos a ver la favorita de Harry; Love Actually.
De repente sonó su móvil, era un mensaje.

Capitulo 5. "Lo que es el amor"


(Contado por María)
Estaba profundamente dormida cuando noté que alguien me estaba zarandeando suavemente, diciendo mi nombre. Entreabrí los ojos y solté una especie de “¿Si?” En español. Volvió a decir mi nombre. Abrí los ojos más y me di cuenta de que era Harry.
-¿Qué quieres? –dije con una voz un tanto rara debido a que me acababa de despertar.
-Desayunar –dijo riéndose- son las 10.
-Dios, lo siento… me hubieras levantado antes…
-No, si yo me acabo de despertar también –rió- lo que pasa es que tengo hambre y no sé donde está la llave de la puerta.
-Está en el cajón de esa mesilla –dije señalando la pequeña mesilla que había a su lado- vamos para abajo y te preparo el desayuno. Él se levantó de la cama y cogió la llave, seguidamente, abrió la puerta.
-Vamos ¿no?
-Harry, me duele el tobillo. ¿no te acuerdas?
-¡Oh, perdón! No me acordaba, espera que te coja. –dijo riéndose.
-Harry, estas en boxers…
-¿Y? –dijo poniéndose de espaldas para que saltara encima de él.
-Vale. –me subí.
Bajamos lentamente ya que yo pesaba un poco y no quería que nos cayéramos. Al llegar al primer piso le dije a Harry que buscara unas muletas en el trastero. Abrió una puerta y entró, al minuto salió con dos muletas. Me las dio y yo me pude levantar e ir a la cocina junto a él para preparar el desayuno.
-¿Desayuno español o inglés?
-Algo de aquí –rió- Señorita –Esto lo dijo en español. “Señorita, señorita, señorita” esa palabra se empezó a repetir en mi cabeza. Harry. Español. Su acento. Dios.
-¿Qué? Repítelo.
-¿El qué? ¿Señorita? –Lo volvió a decir en español. Me encantaba. Me empecé a reír.
-Me encanta, en serio –solté una carcajada- Pues cereales con leche, de toda la vida. ¿No? –reí.
-Lo que tú quieras.
Cogí dos bols de la estantería y los puse encima de la encimera. Saqué los cereales con chocolate del mueble y le pedí a Harry que sacara la leche de una parte alta a la que yo no llegaba. Eché leche en los bols y los metí en el microondas, esperé unos segundos y los saqué, seguidamente eché los cereales.
Cógelos- le dije a Harry, ya que yo no podía.
Él cogió los bols y salió de la cocina, yo iba detrás de él. Los puso encima de la mesa del salón y separó mi silla de la mesa para que me sentase. Después se sentó él en la silla de enfrente. Empezamos a comer, ambos nos echamos más cereales en el plato. Hasta que nos cansamos y Harry llevó los platos al fregadero. Mientras que él venía me senté en el sofá.
-Voy a arriba a coger mi móvil, ¿te bajo el tuyo?
-Si, por favor. –sonreí.
Él subió al cuarto y bajó dos o tres minutos después. Pensé que había tardado por que no encontraba mi móvil. Cuando bajó se sentó a mi lado en el sofá.
-Bonito fondo de pantalla –dijo riéndose- ¿Quién es esa chica? ¿Y el chico? Se ven bien juntos.
-¡Has mirado mi fondo de pantalla! –reí- somos tú y yo, tonto. Ayer, ¿no te acuerdas? En el coche.
-Ya lo sé, María, ya lo sé. –Soltó una carcajada-. Tampoco soy tonto –rió.
-¿No? ¡Lo parecías! –Me dio un toque con su codo en mi brazo-. ¡Era broma! ¿Cómo vas a ser tonto tú? Eres lo más perfecto que hay. –Me besó rápido.
-tú.
Cogimos los móviles y él se conectó al Twitter, yo, en cambio, primero me conecté al Tuenti. Tenía más de 10 mensajes de mis “amigas” Directioners. Bueno, se creían Directioners pero no llegan ni a Directionators.
-María, Louis. Lo mato.
-¿Qué pasó con Louis? ¿Qué hizo ahora?
-Mira –Me enseñó su Blackberry. En su Twitter había una foto de nosotros dos pegados. Durmiendo- Siempre es el mismo…
-Bueno, no pasa nada –dije riéndome- ¿no?
-Ya, pero ahora será peor para ti, por que estabas durmiendo a mi lado y, ahora, se empezaran a inventar cosas. –bajó la cabeza- cosas malas, cosas que no son.
-Harry, nada de lo que se inventen será verdad, somos… solo amigos… ¿no?
-Ya… -se quedó callado por un momento- solo amigos… será lo mejor para ti…
-Necesito ir al baño un momento –se me quebró la voz.
Me levanté del sofá rápido. No me acordaba que tenía el pie torcido. No pude mantenerme en pie. Harry rápidamente se levantó y me cogió como pudo. Me cogió en peso y, seguidamente, me sentó en el sofá de nuevo, sentándose él a mi lado.
-Es que es imposible…
-¿Qué es imposible? –dije mirándole.
-Me gusta protegerte, tenerte a mi lado… estar contigo…
-Harry no me digas eso…
-Soy directo... lo siento... a lo mejor interpreté todo mal… a lo mejor voy demasiado rápido…a lo mejor…
No le dejé terminar.
Él y yo.
Uno.
(Contado por Zayn)
Al terminar de comer, todos nos fuimos a recoger las maletas de la habitación. Era casi la hora de irnos. No estábamos para nada nerviosos, aunque Niall si lo estaba. No paraba de decirle a Lola que si lo iba a llamar y, sobretodo, que si algún día iría a visitarnos. Ya que, como Lola nos había contado ayer, María se iba a mudar. Estábamos casi en verano, no quedaban más que unas semanas. Dos, para ser exactos. En el verano tendríamos vacaciones, o por lo menos descansaríamos más. Supongo que Niall querría que pasaran con nosotros el verano. Reí para mis adentros. “Lo que es el amor” pensé.
Bajamos por el ascensor del hotel con todo. Salimos por la puerta, habían fans, pero los guardaespaldas consiguieron que pudiésemos salir de allí con vida. Un guardaespaldas iba con Lola y Niall todo el rato, ya que las fans le podrían hacer cualquier cosa a la chica. Por celos, supongo. Se me pasó una pregunta por la cabeza ¿Ellos dos estaban saliendo? Bueno, ya tendré tiempo de preguntárselo a Niall.
Entramos en el coche y, como siempre, ya teníamos los sitios cogidos. Aunque quedaba uno libre. El de Harry, ¿Cómo le iría? Buf, a saber.
Me pasé callado todo el camino, pensando en mis cosas. Más bien amor, todos los del grupo ya tenían novia, o casi. ¿Y yo? Saqué un pequeño espejo de mi mochila y me miré en él. “Eres precioso, Zayn, ya encontrarás a alguien”. Volví a guardar el espejo y me puse a mirar por la ventana. El viaje en coche se me pasó más bien volando.
Al llegar al aeropuerto nos pasó lo mismo. Vinieron dos o tres guardias de seguridad y pusieron orden con las fans. Era agotador, pero me gustaba.
Salimos del coche y entramos en el aeropuerto. Fuimos a chequear las maletas y a poner todos lo papeles en orden. Rato después llegaron Harry y María. Nosotros habíamos tenido que recoger toda la ropa de Harry y demás, ya que él no estaba. Llevaba la misma ropa de ayer. Yo me había encargado de coger y meter ropa para hoy en una bolsa para ahora cuando llegase, fuese al baño y se la pusiera.
-Toma Harry –dije- Es ropa, para que te la pongas ahora.
-Gracias Zayn –Sonrió y miró a María, maría asintió- Ahora vuelvo, vamos.
Ella acompañó a Harry. Desaparecieron entré la multitud de personas que había. Preferí pensar que era para que Harry no fuese solo en vez de pensar algo peor.
Estuvimos esperándolos durante un buen rato hasta que decidieron aparecer. Venían los dos sonrientes, pero a la vez se les notaba mal. Aunque, la verdad, no sabía ni que pensar. Hoy no tenía ganas de nada.
-¿Vamos ya…? –dijo Niall.
-Si, tenemos que embarcar ya –contestó Liam.
-Pues vamos ya, por favor, antes de que sea peor –dijo Niall de nuevo.
Empezamos a caminar hacía la puerta de embarque. Cuando llegamos las chicas se despidieron de nosotros uno a uno. Le tocó el turno de Lola con Niall. Que cómico. Se abrazaron y, en serio, parecía eterno. Louis tuvo que darle un codazo en la espalda a Niall para que soltara a Lola. Después tocó el turno de Harry y María. Éste fue más romántico. No lo vio nadie, excepto yo. Se apartaron más de la gente. María cogió de la mano a Harry y le abrazó fuerte. Lloró. Harry se dio cuenta y secó las lágrimas con sus dedos. Seguidamente María besó rápido a Harry y miró hacía los lados. Harry rió y vinieron hacía donde estábamos, yo disimulé y miré para los otros chicos. Después entramos por la puerta de embarque. Todos miramos para atrás despidiéndonos de ellas. Acto seguido, ya no las veíamos. No las veríamos dentro de unas semanas, o incluso meses. Quien sabe.
Estuvimos esperando unos diez minutos esperando para subir a primera clase.
-GET OUT OFF MY KITCHEN! –Dijo alguien.
-VAS HAPPENIN’? –Le respondió la amiga.
Giré la cabeza y vi a esas dos chicas. Estaban diciendo cosas que decíamos nosotros. Me hizo bastante gracia. Me acerqué a ellas.
-Hola –dije sonriente.
-¡DIOS! –dijo la segunda chica- ¡Zayn! ¡Hola!
-¡Hola Zayn!
-¿Qué tal estáis? –dije riéndome- ¿Queréis un autógrafo?
-¡Por favor! –Dijo la segunda chica- Me llamo Sophie, fírmame aquí –me enseñó una libreta- ¿te sacas una foto conmigo?
-Claro –dije firmándole y, seguidamente posando para una foto- os escuché antes, pensé que erais Directioners. ¿no es así?
-Exacto –dijo la primera chica- Por cierto, soy Fer –dijo sonriendo.
-Encantado –dije firmándole también otra libreta que me dio- Ya sabéis como me llamo –reí.
-Si –dijeron ambas a la vez riéndose.
-Por lo que veo vamos en el mismo avión. –dije.
-Es verdad –Dijo Sophie.
-Bueno, tengo que irme. ¡Si queréis pasaros por nuestra zona decirle a la seguridad que os lo dije yo, que me pregunten! Y así conocéis a los demás –dije yéndome- hasta luego.
(Contado por María)
Cuando nos despedimos de los chicos. Y yo de Harry, él me dijo que un coche nos estaría esperando en la puerta del aeropuerto para llevarnos a mi casa. Hoy Lola se quedaría a dormir en mi casa, queríamos estar juntas y hablar de todo lo que nos había pasado. ¿En serio que nos había pasado? No lo sé. Aunque a mi me había salido genial todo.
Llegamos a la puerta del aeropuerto y nos montamos en el coche que nos estaba esperando.
El coche era negro y grande, demasiado espacioso para dos personas. Tenía dos asientos delanteros, con el tapiz gris, y seis asientos traseros del mismo color. Nos sentamos en los tres últimos de atrás. Le dijimos al chofer donde teníamos que ir y arrancó el motor. Empezamos a alejarnos del aeropuerto. Lejos de ellos. No los veríamos más hasta dentro de no se cuando.
Me entraron ganas de llorar así que saqué un tema de conversación.
-¿Qué tal te ha ido todo? –sonreí falsamente.
-¡Genial, tía! ¡Lo amo! –Rió. A ella se le veía feliz- ¿Y a ti?
-Bien –sonreí de nuevo- ¿Estas saliendo con él?
-No, no del todo. Tenemos algo, pero aún no. –sonrió.
-Me alegro…
Nos pasamos el resto del camino en silencio. Estuve mirando por la ventana casi todo el camino, al igual que Lola.
Llegamos hasta su casa. Ella salió del coche y subió a por su bolsa de la ropa. Después regresó al coche y fuimos para mi casa.
De repente, en la radio del coche sonó “One thing”. Miré a Lola, no pude evitar llorar al recordar a Harry y a los chicos. ¿Por qué se habían tenido que ir? No quería.
“Get out, get out, get out of my head, and fall into my arms instead
I don’t, I don’t, don’t know what it is… but I need that one thing,
Yeah, you’ve got that one thing”
Harry. Niall. Zayn. Louis. Liam. Lola. Yo.
Harry. Niall. Lola. Yo.
Niall. Lola.
Harry. Yo.
Ya lo echaba de menos. Los echabamos de menos.

Capitulo 4. "Preciosa... no llores, estoy aquí contigo"


(Contado por lola)
Cuando me despedí de los chicos subí a mi cuarto, me puse el pijama y me acosté, ya era demasiado tarde como para quedarse levantada. Por fin había cumplido mi sueño, había conocido a mi Niall. Le había abrazado, me había reído con él, había comido con él, hasta me dio un beso en la mejilla. No me lo podía creer. Me iba a dormir ya, cuando pensé en el papel que me dio cuando estábamos en el restaurante.
-Flashback-
-Lola, toma, este es mi número, no quiero perderte como amiga, así que me podrías llamar o algo…
-Vale, no lo perderé. –reí.
-Fin-
¡Es verdad! Su número. Me levanté de la cama y busqué en el pantalón que estaba encima de la silla. Metí la mano en el bolsillo y saqué el papel. Me metí de nuevo en la cama y encendí la pequeña lámpara que había en mi mesilla de noche. Cogí mi movil y marqué su número “pi…pi…pi…” lo colgué. No, no me atrevo a hablar con él, mejor le enviaré un mensaje.
-“Niall, ya te echo de menos”
-“Y yo a ti, no puedo dormir”
-“Pues yo menos”.
-“Oye, me ha costado enviarte este mensaje, pero… ¿mañana querrías dar una vuelta, por la mañana?”
-“Pues claro que si, ¿A que hora?
-“A las 11 y media, te voy a buscar”
-“Vale, bueno, voy a dormir, hasta mañana”
-“Adiós, preciosa”
-“Adiós…”
Dejé el móvil encima de la mesilla de noche y me tapé bien con la manta. Al poco rato me quedé dormida.
“Forever young, i wanna be forever young..!”
Mierda, el despertador del móvil. Miré la hora. “Mierda, las 11, a las 11 y media viene Niall” Me levanté de la cama rápidamente y me metí en la ducha. Me duché lo más rápido que pude y salí de la ducha reliada en una toalla, miré el reloj. Once y cuarto, Corre Lola. Me deshice de la toalla y empecé a ponerme la ropa lo más rápido que pude. Me metí en el baño y empecé a peinarme cuando terminé salí corriendo del cuarto de baño y me fui a mi habitación. Empecé a buscar mis zapatos, pero no los encontraba. Joder, ¿donde los había dejado? ¿Debajo de la cama? Fui rápidamente a mirar pero nada. Estaba buscando en el armario cuando cerré la puerta y mirando para abajo me choqué con él, ya había llegado y mi madre lo había dejado subir, y yo seguía sin mis zapatos. Miré para arriba y él me sonrió, en sus manos traía mis zapatos.
-Gracias, niall, los estaba buscando –dije sentándome en la cama y poniéndome los zapatos.
-De nada, linda. –sonrió, se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla.
Terminé de ponerme los zapatos. Me levanté de la cama, cogí mi móvil y me aseguré de que no me faltaba nada. Todo perfecto. Salimos de mi habitación y bajé las escaleras corriendo, esa era una de mis extrañas manías, correr por las escaleras. Niall las bajó caminando, y al llegar abajo me miró sonriente.
-Que lento eres, eh –dije divertida.
-anda, anda, es que no te quería ganar –rió
-¡Ya, claro! –Reí con él- anda, vamos, por cierto.. ¿Dónde vamos?
-No sé, yo tengo un coche esperándonos en la puerta.
-Pues vamos –dije riendo.
Me despedí de mi madre y salimos de la casa, nos montamos en el coche. Optamos por ir a un gran centro comercial que hay en Madrid, ya que Niall seguramente querría comprar algo. O comer.
Los primeros cinco minutos fuimos callados, seguramente por la vergüenza de estar solo nosotros dos, y no los chicos y maría. Pero bueno, a Niall no le importó. Al poco rato opto por hablarme, más bien preguntarme, y yo le pregunté a él cosas. Acabamos contándonos cosas de nuestra infancia. Riéndonos, nos lo pasábamos tan bien juntos, que el tiempo volaba.
Llegamos al centro comercial y el chofer nos dejó en la misma puerta. “Mierda, espero que no nos vea nadie” pensé. Miré a Niall preocupada, nerviosa, y él me dio una palmadita en el hombro, y me indicó que entráramos.
Entramos y fuimos como si nada por ahí. Gente lo miraba, sí, pero no se lo creían, y lo dejaban pasar. Estábamos por la parte donde yo le decía “la parte rica” ya que aquí era donde estaban todas las tiendas caras, etc. Estábamos pasando por una tienda de ropa y, sobretodo, gorros y vimos a los chicos. Bueno, a los que quedaban; Liam, Louis y Zayn. Harry estaba con María y yo estaba con Niall. Que raro suena todo. Entonces, Niall me cogió de la mano y empezó a correr, y giró por una parte. Nos metimos en el baño de las chicas, en un lavabo que había libre. Nos quedamos callados durante un rato, mirándonos.
-¡Chicas, venid por aquí! –dijo una primera chica.
-tía, ¿los viste? ¡Eran los de One Direction! –gritó una.
-¡Es verdad! –gritó otra más.
-tías, hay que ponerse guapas ¡aquí tengo maquillaje!
-¡dame, dame, dame!
-tía, pero si no está tu Harry. Samy, tampoco está tu Niall –dijo la primera.
-Pero están los otros, ¿todos valen, no? –dijeron las dos.
-Hay tres, uno para cada una. –Dijo otra. Niall se estaba descojonando, y soltó una risa alta.
-Chicas, hay alguien en ese baño.
-¿Hay alguien?
Ya me estaban cabreando las tías esas, ¿Quiénes se creen para tratarlos así cómo muñecos? Ellas no son nadie. Me cabreé algún más, Niall me miraba sin decir nada. Le dije bajo “tengo una idea”. Para darles celos, le cogí la mano a Niall, le susurré “siento lo que voy a hacer ahora, pero tengo que hacerlo” y salí del pequeño baño con él agarrados de la mano. Ellas se quedaron petrificadas. No sabían lo que decir. Pero yo, simplemente, sonreía de oreja a oreja al ver lo estúpidas que habían quedado. Niall casi ni les miró y salimos del baño, aún agarrados de la mano. Cuando ya no estaban las tontas le solté.
-¿Por qué hiciste eso? –dijo.
-Por que me dio rabia que os trataran como muñecos, no lo sois. Os tienen que tratar bien –sonreí.
-Gracias, Lola.
Me dio un beso en la mejilla. Yo sonreí y mire para adelante. Dios, no me podía creer lo que estaba ocurriendo, Lo que estaba viendo. ¿Era él? ¿En serio? ¿Con el que llevo 6 meses? ¿Se estaba besando con otra tía? Miré a Niall y fui hacía Jorge, mi novio. Niall me siguió, iba detrás de mí, le sentía aunque fuese en silencio. Creo que en ese momento, el rubito, no entendía nada.
Cuando llegué a donde estaba Jorge y la otra, le toqué el hombro y se giró. La cara se le quedó blanca, normal que se le quedara así. Le metí una hostia, le dije un simple “Se acabó” y me fui con Niall. Doblamos hasta la esquina y fuimos por una calle donde no había nadie, buscamos un lugar para sentarnos hasta que encontramos un banco, para dos personas. Perfecto. Nos sentamos y le conté que ese estúpido era mi novio, y que esa era una amiga suya de hace tiempo, y que me había engañado, obviamente. No pude evitar que me salieran lágrimas. Duele que te engañen, y más si no te dicen la verdad y te lo ocultan.
-Preciosa… no llores, estoy aquí contigo –dijo el rubito sonriente. Me hizo sonreír a mí también.
-Gracias, Niall, te quiero –le abracé.
-No me las des, yo te ayudaré en todo lo que necesites.
-En serio, gracias –él rió de nuevo. Y me dio otro beso en la mejilla.
-Oye niall…
-dime.
-¿Por qué empezaste a correr cuando los viste? A los chicos, me refiero…
-Pues por que no saben que estoy contigo, ellos piensan que he ido a comprar cosas a otro pueblo, supuestamente.
-Oh, ¿Y por qué les dijiste eso? ¿no pueden saber que quedamos –dije divertida.
-Si, si lo pueden saber, pero tú sabes… son muy pesados –rió.
-sobretodo louis –reí con él.
-Exacto. –Soltó una carcajada- Bueno, ¿nos vamos? Ya es tarde, es la hora de comer…
-Vale, vamos. ¿Os vais a las 4, no?
-Si, -bajó la cabeza y se quedó un segundo callado- Oye… ¿Querrías venir con nosotros a comer al hotel? Y Después te lleva Lou a la casa de María, cuando vaya a recoger a Harry –rió.
-Me parece bien, -reí- Vamos a buscar a Louis, Liam y Zayn, antes de que se vayan.
Nos levantamos del banco y comenzamos a caminar por el centro comercial, al principio nos costó encontrarlos, pensabamos que ya se habrían ido. Pero pasamos por una tienda y allí estaban. Vieron a Niall y salieron de la tienda corriendo.
-¿tú no estabas en otro pueblo… solo? –dijo Liam.
-Si, pero es que vine y me encontré con Lola –Dijo él, Yo reí.
-Ya, claro –dijo Louis alargando la “a” del Claro.
-Bueno, niall, dile eso… -Dije.
-¡Ah, es verdad! Lola se viene a comer con nosotros al hotel. Louis, después la llevas a casa de María.
-Yo no voy a ir a casa de María –Contestó Louis.
-¿Qué? ¿Y Harry?
-Harry se queda a vivir con María, y se va cuando María se mude a Richmond –dijo Louis serio, todas nuestras caras eran para grabarlas. Hubo un silencio un tanto incómodo hasta que Louis volvió a hablar- ¡ES BROMA! Pero lo que si es verdad es que no tengo que ir, por que él ya va directamente al aeropuerto, con María. –dijo riéndose.
-¿Y eso?
-María Ayer se torció el pie, hoy va un médico a visitarla, así que Harry quiso quedarse y después los llevan al aeropuerto. –contestó.
-A vale, pues vamos al hotel a comer, que tengo hambre. –dijo Niall impaciente.
Asentimos todos y empezamos a caminar hacia el aparcamiento donde nos esperaba un coche grande, como el que nos recogió el primer día. Cuando nos conocimos. Nos montamos todos, yo al lado de Niall, como no. Fuimos en dirección al hotel y entramos por la puerta trasera. Subimos a las habitaciones y ellos recogieron todo, para nada más terminar de comer subir a por las maletas e irnos al aeropuerto. Louis tenía toda la habitación tirada, como no. Les ayudé a recoger para terminar antes, ya que Niall tenía hambre y me daba pena. Cuando terminamos de recoger la habitación bajamos por el ascensor y entramos en el comedor. Tenían una zona vip para que no les molestasen, así que nos dirigimos hasta allí. Cogimos las bandejas y nos empezamos a poner toda la comida que nos gustaba, Niall llenó su bandeja de comida basura. Me hacía bastante gracia ya que siempre habían dicho que comía mucho, y ahora ya sabía yo que era verdad.
Cuando terminamos de elegir nuestro almuerzo nos sentamos todos en la mesa y empezamos a comer.