17 de marzo de 2012

Capítulo 8. "Sí, eso te lo tomas tú muy en serio"


(Contado por María)
Una semana desde que se fueron, que rápido pasaba el tiempo. No sé por qué. Había estado yendo al instituto con normalidad, todo transcurría normal. Como si nada hubiera pasado. Harry y yo, ¿Se acordaría de mí? Hace ya dos días que no hablo con él… A lo mejor se ha ido con otra mejor. No sé. Estoy confusa, estoy mal. ¿Para que me estoy montando todo este lío en la cabeza yo sola? A lo mejor simplemente es que está muy ocupado, ahora, dentro de unos meses van a hacer una gira, quien sabe.
Estaba en mi cuarto, sentada en la cama, pensando sobre todo eso. Mi madre venía a las dos. Dice que me tiene que decir algo muy importante, ¿Será malo o bueno? Me dijo que tenía que recoger mis cuartos antes de que viniese, si no, mala pata. Me pasé dos horas ordenando los cuartos, diez minutos después bajé a la cocina con mi móvil en la mano, con el Twitter encendido, a beber agua. Un tweet de Niall. “Te echamos de menos, pero él más” ¿indirecta directa? Reí por lo bajo y cogí el baso de agua que había dejado unos segundos antes encima de la encimera para responderle a Niall con un “Yo a vosotros también, pero a él más”, siguiéndole el juego. Probablemente era Harry quien hubiera escrito ese tweet o hubiese tenido la idea, como siempre, para no levantar sospechas. Salí de la cocina con el baso de agua y el móvil y me senté en el pequeño sofá del salón de mi casa donde, hace días, se había sentado el famosísimo cantante; Harry Styles. Pero para mi no era eso. Era más que nada, era mi vida, mi todo. Aunque parezca exagerado.
Estuve como quince minutos o así sentada en el sofá con el teléfono, hasta que llegó mi madre de su trabajo, eran las dos y cuarto, bueno, se había retrasado un poco. Ahora era la hora de comer. Había traído comida del restaurante chino que habían abierto nuevo en la cuidad donde ella trabaja. Tiene buena pinta. Me senté con ella en la mesa y empecé a comer. Entre plato y plato íbamos hablando, no decíamos gran cosa. Hasta que me acordé de que me tenía que decir una cosa importante.
-Mamá, ¿Qué me tenías que decir? –Dije metiéndome una cucharada de arroz a la boca.
-¿Has recogido tus cuartos? –Me respondió sin hacer caso a mi pregunta.
-Si, pero dime que es, ¿Es un regalo? –Dije nerviosa- Venga, dime ya. –Ella rió.
-Es algo que te va a encantar, siempre lo has querido.
-¿Un gatito? ¡Venga, no me digas! –Dije feliz.
-No, algo mejor.
-¿Dos gatitos? –Dije riéndome.
-¡María! –Contestó riéndose- No es nada de gatitos.
-Pues un perro.
-¡Tampoco! A ver, era que, ¿Desde hace tiempo no querías mudarte? Pues he conseguido un trabajo en otra cuidad.
-¿De España? –Dije confusa.
-¡No! ¡Nos vamos a Richmond! ¡Donde tú querías!
Me levanté de la silla y empecé a gritar de la alegría. Para ser sinceros me puse hasta a llorar. La abracé fuertemente unos segundos y después empecé a saltar de nuevo. No paraba de repetir las palabras de mi madre en mi mente, ¡Me mudaba! ¡Que guay! ¡Ahora viviría más cerca de ellos!. Me lo pasaría genial.
-¿Y cuándo nos vamos?
-Tú tienes un billete para mañana, te irás sola, bueno, con Lola, unos dos días a casa.
-A, ¿Pero que Lola lo sabe?
-Si. –Dijo recogiendo los platos de la mesa- María, yo tengo que encargarme de la mudanza aquí, solo es guardar unas cuantas ropas y eso, ya que esta casa también la tendremos, por si surge algún día algo.
-Vale, no hay problema. ¿Y Jorge?
-Jorge se ha ido a vivir con tu padre, María.
-¿Por qué? –Dije preocupada.
-No quería mudarse, quería quedarse aquí y como ya es mayorcito pues se ha ido, pero no pasa nada, viviremos las dos solas allí, ¡mejor! –dijo riéndose.
-¡Claro! ¡Bueno, voy a preparar las cosas! ¡Bye mom!
Subí rápidamente a la habitación de la segunda planta y empecé a guardar mi ropa en dos maletas moradas que tenía debajo de mi cama, sabía que este día llegaría. Cuando terminé eran más o menos las cuatro de la tarde, así que llamé a Lola y le dije que se viniese con sus maletas y se quedase a dormir en mi casa ya que mañana ¡Nos íbamos a mi nueva casa! ¡Solas! ¡Fiesta!, no, eso último no. Reí para mi misma por un segundo y volví a mi vida real. ¡Vaya! Tenía que llamar a Niall para avisarle. Marqué su número y hablé con él. Me dijo que él ya lo sabía desde que se lo contó Lola la misma noche que nos conocimos, cuando yo estaba en el cuarto con Harry. También me dijo que no se lo dijera a Harry, ya que le habían preparado una sorpresa a él. Niall dijo que tenía muchas ganas de verme así que le llevarían a mi nueva casa. Mi madre ya lo sabía. Le habían pedido la llave y ella se la había enviado por correo, ya lo tenían todo planeado. Louis y Liam nos recogerían en el aeropuerto ya que yo no sé llegar hasta mi casa. ¡Parece que estoy soñando! ¿Y si me pellizco? No. Mejor no. Prefiero quedarme soñando toda mi vida.
Cuando terminé de hablar con Nialler, llegó Lola. Estuvimos toda la tarde planeando las cosas para el verano ya que, según mi madre, Lola se quedaría todo el verano con nosotras en la casa. En Inglaterra, Richmond. ¿En serio? Sí.
Eran las nueve de la noche ya. Que rápido pasa el tiempo, en serio. Lola se metió en la ducha y seguidamente, después que ella, me metí yo. Al terminar cada una de ducharnos nos pusimos el pijama y, después de una pequeña charla nocturna hasta las once y media de la noche, decidimos dormirnos para poder estar mañana perfectas. Parecía aquel día antes del M&G. Me acordé de mi diario. Lo saqué de la mesilla pequeña y me puse a escribir en él.
Querido diario:
“Hoy, semanas después del ESTUPENDO M&G, me han dado la feliz noticia de que ¡Me voy a vivir a Richmond! ¿No es genial? Mañana mismo me voy de España y, lo más impresionante es que Liam y Louis me van a ir a recoger. Es increíble todo esto que me está pasando. Espero que todo siga igual.
Cuando conocí a Harry pasó una cosa un poco rara, demasiado. Ahora, no puedo vivir sin él.
Lola ya está durmiendo, ¡Como se parece a Malik, eh! Ella está enamorada de Nialler. Espero que pase algo entre ellos. No me lo quiere decir pero sé que hay algo entre los dos. O no, quien sabe. Jajaja.
Mi mejor amigo de la banda es Niall, es estupendo. Me comprende e, increíblemente, somos iguales. Nos encanta comer y las mismas cosas.
Bueno diario, me voy a dormir ya. Estoy nerviosísima. Ya te contaré más cosas interesantes que me pasen. Hasta otra”
Dejé mi pequeño diario dentro del cajón y lo cerré. Apagué la luz de la mesilla de noche y me acosté a dormir.
A la mañana siguiente, a la hora de despertar yo ya estaba despierta media hora antes, yo era así, no podía dormir, estaba nerviosa y aún más sabiendo que iba a ver de nuevo a mis ídolos. Bajé al salón con Lola, que también estaba despierta, y nos preparamos el desayuno. Después de comer algo nos subimos a vestir y a preparar todas las cosas. ¿Qué se me olvida? Oh, casi se me olvida, el diario. Lo cogí y lo guardé en un pequeño bolsillo de la maleta. Bajamos todas las cosas abajo y las metimos en el coche, ya no quedaba nada para irnos hacia el aeropuerto. Que nervios. Entramos en la casa y nos sentamos en el salón a esperar que mi madre se terminase de vestir. Media hora después, salimos de la casa, nos subimos en el coche y mi madre lo arrancó. Ya estábamos yendo para allí. Se acercaba la hora.
(Narrado por Harry)
Después de esos dos días sin hablar con ella tuve la idea de dejarle un tweet desde el Twitter de Niall. Me respondió y, por lo menos, me hizo sonreír. La echaba de menos. Esta mañana me había despertado extraño, ya no estaba malo, aunque si me dolía un poco la cabeza. Aún seguía acostado en la cama. Miré para al lado, intentando localizar a Louis, pero no estaba. A lo mejor habrá bajado a la cocina, con todos. Ya es un poco tarde.
Me levanté de la cama y salí del cuarto, miré en los demás dormitorios por si algunos de los chicos estaban allí, pero no había nadie. Bajé las escaleras de dos en dos, corriendo, y entré al salón, estaba Zayn viendo la televisión y hablando por el móvil. Me miró, le saludé con la mano y salí de allí. Entré en la cocina y vi a Niall sentado en una silla, en frente de la pequeña mesa al lado del frigorífico. Me acerqué a él, que estaba con su móvil en Twitter y comiéndose un flan de galletas y chocolate, cogí una silla de la mesa y la puse enfrente de él. Me senté, le quité la cuchara y me metí el cacho de flan en la boca. Él me miró, quitándome la cuchara.
-¿Dónde están Liam y Louis? No los he visto hoy.
-Em... Han tenido que salir a hacer un recado, no creo que tarden mucho.
-Oh, vaya. ¿Qué hay de desayunar? –Dije hambriento.
-No sé, no hay nada, prepáratelo tú, vago. –Dijo riéndose.
Le di una palmada en el hombro y me levanté de la silla, abriendo el frigorífico. Saqué un bote de mermelada de fresa y lo puse encima de la mesa. Después fui al cajón de los cubiertos y saqué un cuchillo, que también dejé encima de la mesa. Cogí una barra de pan de encima de la encimera, la partí a la mitad, la abrí en dos y la metí en la tostadora. Esperé unos minutos a que se tostara el pan y lo saqué, cogí un plato y lo puse ahí. Llevé el plato a la mesa, junto a la mermelada y el cuchillo, y me senté de nuevo al lado de Niall. Empezando a untar la tostada Niall quiso quitarme una, le di un toque con el cuchillo en su mano y la retiró. Me reí de él y seguidamente seguí comiéndome las tostadas.
-María ayer subió las fotos del M&G, ¿Las viste? –Dijo enseñándomelas en el móvil.
-Si, las vi. Miro su perfil todos los días, ¿cómo lo las voy a ver? –Dije riéndome.
-No sé, la que más me gusta de vosotros dos es esta. –Dijo señalando a una foto en la que salíamos María y yo, yo estaba rodeándole con mis brazos su pequeña cintura. Sonreí.
-Ya… -Dije seco.
-¿La echas de menos? –Dijo, lo noté raro.
-Si, a ver cuando podremos ir de nuevo. –Me callé, pensé en Lola, en lo que pasó la noche que él habló con ella- ¿Y tú? ¿Echas de menos a tu chica?
-¿A... a quién? –Dijo intentando disimular.
-A Lola, tonto.
-No es mi chica –Bajó la cabeza.
-Pero te gusta, ¿Verdad?
-Si, pero... –Le interrumpí.
-¡Lo sabía! –Reí alto- ¿Y por qué no sales con ella, rubito?
-No lo sé, ¿No es demasiado temprano?
-La conoces de hace más de dos semanas, pero si te quieres esperar un poco más tampoco pasa nada. Recuerda que eres famoso y no se pueden enterar.
-Si, eso te lo tomas tú muy en serio, sobre todo eso. –Soltó una carcajada. Yo le di un pequeño golpe con la mano en la mejilla- ¡Desde el primer día te quedaste a dormir en su casa! ¡Y la besaste! ¿En serio me vas a decir eso a mí? –Siguió riéndose. ¿Qué? ¿Lo sabía?
-¿Cómo sabes que la besé?
-Nos lo contó Zayn a todos –Dijo riéndose- ¿Te crees que te dejamos dormir en su casa por no despertarte? Queríamos que estuvieras con ella. Sabemos que te gusta.
-Vaya –Dije un poco enfadado, después me di cuenta de que en realidad daba igual y que no valía la pena enfadarse por eso- Bueno, no pasa nada.
-¿Te apetece ir a dar una vuelta por ahí? ¿Vamos a Richmond?
-Niall, eso está a veinte minutos en coche.
-Por eso, coge tu coche. Venga, vístete. –Dijo riéndose.
-¿Pero para qué vamos a ir a Richmond ahora?
-Vístete.
Se levantó de la silla, recogió mi plato y la mermelada, comiéndose el último trozo de tostada que quedaba y salió de la cocina dirigiéndose al salón. Yo me levanté de la silla y salí también de la cocina, me asomé al salón y estaban Niall y Zayn hablando y riéndose. Seguí caminando hacia las escaleras y las subí. Me fui a mi habitación, cogí unos pantalones vaqueros y una camisa nueva que me compré unos días antes. No encontraba mis calcetines así que abrí el cajón de Louis y cogí unos suyos y me los puse, después me puse los zapatos, cogí mi móvil. Fui al baño y tarde más de veinte minutos en peinarme. Oí gritar a Niall desde abajo para que bajase ya, que era tarde. Así que me di prisa y, cuando de una vez terminé, bajé las escaleras corriendo. Le hice un gesto a Niall para que supiera que nos íbamos y abrí la puerta. Saqué la llave del coche de mi bolsillo y pulsé el botón de abrir puertas. Después me monté y esperé unos minutos a Niall. Cuando por fin se había montado en el coche, arranqué y nos dirigimos hacia Richmond. No sé por qué Niall quería ir allí, si no había mucho que ver. Pero Bueno, allá vamos.
(Contado por Louis)
Llegamos allí, ya se acercaba la hora de que llegasen. Estábamos sentados en la cafetería del restaurante del aeropuerto. Pedimos un par de cafés y un croissant para mí. Una vez que nos lo tomamos y comimos todo, pagamos a la camarera y nos fuimos hacía la puerta de llegada, que era donde llegaban los pasajeros. Nos pusimos en frente para que María y Lola nos viesen justo al salir por la puerta, para que no se perdiesen ya que nunca habían estado en Inglaterra. Esperamos como diez minutos más, imaginamos que no habían puesto todavía la cinta de las maletas en marcha o llevaban poco tiempo en marcha. Salía mucha gente de la puerta, pero ellas no. No era razón para preocuparse ya que solo se podía salir por esa puerta. Aunque como tenía que cuidar de ellas mientras que la madre no estaba, pues me sentía responsable de lo que les pasara. Cinco minutos más de espera y ya las vimos a lo lejos. Lola estaba a su aire cuando María nos vio y empezó a correr, cargada con dos maletas. Yo corrí hacía ellas, al igual que Liam, que había estado al lado mío todo este tiempo. María saltó a mis brazos y me dio un gran abrazo, casi me deja sin aire, igual que a Liam. Lola tenía menos confianza, no sé por que, pero igualmente nos abrazó a los dos.
-¡Louis! ¡Liam! ¡Cuánto tiempo! ¡Os echaba de menos! –Dijo María alegre.

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